Derechos Parentales y Libertad Educativa. Un resumen para las Familias que educan para seguir siendo libres.

 Por Eloísa. 
Frente a la creciente presión de una escolarización forzada y la imposición de contenidos que contradicen nuestras convicciones más profundas, es vital recordar que el derecho a educar a nuestros hijos nos pertenece, por naturaleza y por ley. No es una concesión del Estado, sino una responsabilidad sagrada y un derecho fundamental.
Este derecho está sólidamente respaldado por el marco legal uruguayo e internacional:
Constitución de la República:

  • Artículo 41: “El cuidado y educación de los hijos […] es un deber y un derecho de los padres.”
  • Artículo 68: “Queda garantizada la libertad de enseñanza. Todo padre o tutor tiene derecho a elegir, para la enseñanza de sus hijos o pupilos, los maestros o instituciones que desee.”

Código Civil:

  • Artículo 258: “Los padres dirigen la educación de sus hijos y los representan en todos sus actos civiles”.

LA FAMILIA NO NECESITA PERMISO PARA EDUCAR


Por el Profesor Fabián Gussoni.
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El reciente informe de la UNESCO sobre homeschooling parece, a primera vista, un texto en defensa de los derechos humanos. Habla de inclusión, de calidad educativa, de libertad de elección de los padres. Palabras que resuenan como banderas imposibles de cuestionar. Pero basta leer con atención para advertir la grieta: cada vez que se nombra la libertad, aparece acompañada de condiciones, de mínimos obligatorios, de registros y autorizaciones.

El documento no niega la libertad educativa, simplemente la redefine hasta volverla irreconocible. No es ya un derecho pleno, originario, ejercido por la familia; es una concesión bajo vigilancia. El hogar deja de ser el primer espacio de educación y se convierte en un lugar a controlar, como si los padres fueran sospechosos por el solo hecho de querer enseñar según sus convicciones.